miércoles, 11 de febrero de 2009

¡Niños, cuidado con las berenjenas!




Una cosa que se me ocurrió hoy, hablando con mi lexicógrafa favorita, a la que dedico esta entrada:

Berenjena. Que comúnmente decimos verengena, es el fruto de cierta mata que algunos quieren sea especie de mandrágora; en Castilla hay copia dellas, y particularmente en Toledo, que por usar su pasto en diferentes guisados, los llaman berenjeneros, y un proverbio dice: "Toledano, ajo, berenjena". Los latinos llamaron a las berenjenas mala insana, por ventura porque alteran al hombre, provocándole a lujuria; y a esta causa las llamaron por otro nombre amoris poma, y no por su parecer y hermosura, como algunos pensaron, pues no la tienen. Y en cuanto al gusto son insípidas y de mala sustancia, porque engendran melancolía, entristecen el ánimo, dan dolor de cabeza, y al que usa mucho de comerlas, con los demás daños le sale al rostro su mala calidad, poniéndole su color lívida y verde escura. […] Diego de Urrea dice ser nombre compuesto de beden, que sinifica cuerpo, y gianum, malo, y que también sinifica espíritu. Esto se puede aplicar a su calidad por engendrar melancolías y despertar malos deseos […].

Sebastián de Covarrubias Horozco, Tesoro de la Lengua Castellana o Española, 1611 (Edición de Arellano y Zafra, Navarra, 2006)

2 comentarios:

  1. De haberlo sabido...mi Or favorito...de haberlo sabido...Yo soy una asidua a ellas ¿será por eso mi temple y tendencia a las cosas tristes? Las pinturas de Friedrich, las piezas de piano donde el piano habla, la tendencia a la melancolía.
    Un beso inmenso desde Chile

    ResponderEliminar
  2. En uno de los diálogos de una de mis pelícukas predilectas: El cocinero, el ladrón su mujer y su amante, de Greenaway, el cocinero dice que todos los alimentos negros son más caros, porque nos recuerdan la muerte y solo por eso se encarece su valor en las finas mesas. He allí nuestra berenjena.

    ResponderEliminar