jueves, 5 de febrero de 2009
Usted debe tachar
Todo este mes me encuentro en una labor extraña.
Debo tomar un diccionario y tachar, al menos, cuatro entradas o acepciones de cada página.
No importa qué contenido haya en esa página.
Debo tachar según estas reglas.
Se supone que en marzo tendré que agregar lexías pero, para ello, debo tachar cuatro palabras de cada columna.
Ayer empecé y sufrí.
Sufrí porque soy un ser demasiado enciclopédico, compendioso.
Deseo abarcarlo todo.
Como cualquiera que se sintió identificado con el Aleph, la Biblioteca de Babel y hasta con Funes.
Abarcar y no olvidar.
(Quizás por ello cesé el consumo excesivo de marihuana. Porque la extensión empezaba a porosear. Y no lo quería así)
Qué horror. Tachar.
Se fue 'excelso', se fue 'etarra' (mi adorado Rubén vio una foto de mi Patricioluis y me dijo que parece un etarra ¿cómo dejar de lado tal lexía?).
La idea es que el lenguaje chileno, que es lo que se habla en este país pasillo, tenga su entrada triunfal.
Pero yo no quiero que se silencien palabras para que aparezcan otras.
¿Podré lograr que aparezcan nuevamente?
¿Quizás un petitorio en abril?
Sufro, sufre mi condición enciclopedista.
Sufre mi amor por el léxico.
Tengo que pensar, a cada instante, que el usuario será un chico de 12 o 13 años pero no logro acomodarme a él.
Pienso en él y pienso en mí a los 12 o 13 años.
Y a esa edad ya estaba contaminándome con la Biblioteca de Babel.
Dura empresa llena de paciencia, de pazciencia y de malevolencia.
¿Estaremos todos contaminados, familia?
Sigo tachando.
Cambio y fuera.
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